Braga, la Roma Portuguesa
Si estás buscando una ciudad que mezcle historia, tradición, cultura y un ambiente vibrante, Braga es ese destino especial que te va a sorprender. No es casualidad que la llamen la “Roma portuguesa”: iglesias por todas partes, un legado religioso muy marcado y rincones que guardan siglos de historias. Pero Braga es mucho más que eso. Es una ciudad viva, joven, llena de ritmo y con una gastronomía que conquista desde el primer bocado.
En esta guía te cuento cómo llegar, qué ver, qué hacer, qué comer y dónde dormir en Braga, además de algunos trucos prácticos para que disfrutes tu visita como si ya hubieras estado antes. ¿Preparado para descubrir una de las joyas del norte de Portugal?
Donde Está
Braga se encuentra en el norte de Portugal, a unos 55 km de Oporto. Está muy bien conectada por tren y autopista, y por eso es perfecta tanto para una escapada desde Oporto como para incluirla en una ruta más amplia por el país. Además, es una de las ciudades más antiguas de Portugal, con raíces que se remontan a la época romana.
Cómo llegar
Llegar a Braga es sencillo, y tienes varias opciones según tu punto de partida:
✈️ Llegar en avión: El aeropuerto más cercano es el de Oporto (Francisco Sá Carneiro). Una vez allí, puedes elegir entre
Autobús directo (GetBus): tarda unos 50 minutos y es muy cómodo.
Alquilar un coche: ideal si también quieres explorar el norte a tu ritmo. Sólo debes seguir la A3 hacia Braga.
Tren: desde São Bento o Campanhã. El trayecto dura aproximadamente una hora.🚌 Autobús: Rede Expressos conecta Braga con otras ciudades importantes como Lisboa, Coimbra o Guimarães.
🚄 Tren: Desde Oporto, puedes coger un tren directo desde la estación São Bento o Campanhã. El viaje dura una hora.
🚗 Coche: Desde Oporto tardarás menos de una hora por la A3. Buena carretera, buena señalización y paisajes bonitos en el camino.
Que ver en Braga
Centro Histórico
El casco histórico de Braga es uno de esos lugares que te atrapan sin darte cuenta. Es un laberinto de calles adoquinadas —preciosas, pero prepárate para caminar—, plazas animadas y edificios que parecen sacados de otra época. Pasear por esta zona es como viajar atrás en el tiempo. Aquí tienes de todo: la Catedral, el Arco da Porta Nova, museos, tiendas con encanto y terrazas donde sentarte a ver la vida pasar.
Uno de mis rincones preferidos es la Praça da República, siempre con ambiente, y muy cerca la Torre del Homenaje.
Catedral de Braga
La Sé de Braga es la visita imprescindible si te interesa la arquitectura religiosa. Es una de las catedrales más antiguas de Portugal, del siglo XI, y lo mejor es cómo combina estilos: románico, gótico y barroco, todo mezclado con bastante personalidad. Por dentro destaca el altar de plata y la capilla funeraria de Enrique de Borgoña, padre del primer rey de Portugal.
Jardim de Santa Bárbara
Si te apetece parar un poco —y lo necesitarás—, el Jardim de Santa Bárbara es tu respiro perfecto. Pequeño, cuidado y lleno de flores en primavera y verano. Es ideal para sentarte un rato, hacer fotos o simplemente disfrutar del ambiente tranquilo del centro.
Palacio dos Biscainhos
Este palacio barroco del siglo XVII es una ventana directa a la vida aristocrática de la época. Hoy funciona como museo, y si te gustan las casas señoriales, te va a encantar. Jardines, salones decorados con esmero y ese aire de historia que hace que te imagines cómo vivían aquí los nobles de Braga.
Santuário do Bom Jesus do Monte
No te voy a engañar: la subida puede parecer un mundo. Son 577 peldaños de escalinata barroca, pero es uno de esos lugares que justifican el viaje por sí solos. La vista desde arriba es espectacular y el santuario, precioso.
Ahora bien, si no te apetece subir a pulso, tienes la opción del funicular. Merece la pena probarlo: es el funicular más antiguo del mundo que todavía funciona con un sistema de contrapeso de agua.
Que hacer en Braga
Braga ofrece más actividades de las que imaginas. Aquí te dejo lo más recomendable para vivir la ciudad a fondo.
Recorrer Braga en Tuk Tuk: Para mí, una de las maneras más cómodas de descubrir la ciudad. Te permite ver mucho en poco tiempo y sin cansarte. Además, los guías suelen ser muy simpáticos y te cuentan detalles que no aparecen en los mapas.
Visita Autoguiada por el Centro Histórico: Si prefieres ir por libre, una ruta autoguiada es perfecta. Braga es una ciudad ideal para perderse: calles bonitas, plazas siempre animadas y rincones que aparecen sin buscarlos. Ve con calma. Braga es para disfrutarla a pie.
Catas de vino y vistas a bodegas: Si te gusta el vino, aquí tienes un plan que te encantará. El Vinho Verde es típico de la zona y muchas bodegas ofrecen catas y visitas guiadas. No solo probarás vinos riquísimos, sino que además aprenderás sobre una tradición con siglos de historia.
Juegos de escape en la ciudad: Si te gustan los escape rooms, este te va a sorprender. No estás encerrado en una sala: la ciudad es tu tablero de juego. Te dan un mapa y un conjunto de pistas, y tú vas recorriendo diferentes puntos resolviendo acertijos. Es perfecto para grupos de amigos, familias o parejas que quieran hacer algo distinto. Además, aprendes un montón sobre Braga sin darte ni cuenta: historia, cultura, edificios… todo mientras juegas.
Qué Comer en Braga
La gastronomía de Braga es de esas que te hacen feliz desde el primer plato. Es sencilla, casera, llena de sabor y muy tradicional. Eso sí, te aviso desde ya: las raciones suelen ser generosas, así que no hace falta pedir media carta… aunque te entren ganas. Aquí tienes lo que sí o sí tienes que probar:
Bacalhau à Braga: Este plato es el rey de la ciudad. Es un bacalao preparado con patatas, cebolla y bastante aceite de oliva, muy típico del norte. Para mí, es uno de esos platos que te describen la esencia de la cocina portuguesa: sabrosa, contundente y con ingredientes de toda la vida. Si vas a un sitio tradicional, te lo van a poner bien hecho.
Frango (pollo) a la brasa: En Braga el pollo no es “pollo a la parrilla y ya”. Está bien marinado, jugoso y con ese toque ahumado que te hace pedir pan sin darte cuenta. Suelen acompañarlo con arroz, patatas fritas o ensalada. Ideal si quieres algo rico y sencillo que nunca falla.
Francesinha: Aunque es originaria de Oporto, en Braga se come muchísimo. La francesinha es una bomba deliciosa: pan, carne, embutidos, queso fundido y una salsa a base de cerveza, tomate y especias. No es un plato ligero, pero si te apetece probarla, este es un buen lugar.
(Consejo: mejor al mediodía que por la noche… dormir después de una francesinha no es fácil.)
Pastel de Nata: No requiere introducción. Es el postre portugués por excelencia: crujiente, cremoso y perfecto con un café. En Braga los hacen muy buenos, así que aprovecha. No te limites a uno: prueba el de varias pastelerías y compara.
Vinho Verde: Braga pertenece a la región del Vinho Verde, así que estás en territorio sagrado. Es un vino blanco ligero, fresco, con un toque afrutado y perfecto tanto para comer como para sentarte en una terraza y ver la vida pasar. No es fuerte ni pesado, así que entra peligrosamente bien.



Donde comer
Braga es una ciudad estupenda para comer bien y sin dejarte un dineral. Desde restaurantes tradicionales donde sirven platos caseros de los de toda la vida, hasta bistrós modernos donde te cuidan cada detalle. Aquí te dejo mis favoritos:
Restaurante Tia Isabel: Si quieres comer comida portuguesa auténtica, este sitio es un acierto seguro. Es de esos restaurantes que nunca fallan. Platos generosos, sabor casero y un ambiente muy familiar. El bacalhau à Braga aquí está especialmente bueno, y el cabrito al horno también merece una mención. No esperes cosas modernas ni presentaciones raras: aquí se viene a comer bien.
Dona Julia: Si te apetece algo un poco más elegante pero sin caer en lo pretencioso, Dona Júlia es perfecto. Mezcla cocina portuguesa con un toque moderno, y se nota que cuidan mucho los detalles.Es un sitio ideal para una cena tranquila o una ocasión especial. El bacalao gratinado y las carnes a la parrilla son valores seguros.
INATO Bistrô: Mi recomendación si te apetece probar algo diferente. Es un restaurante moderno, acogedor y con una cocina creativa que no se pasa de “experimental”.El pulpo a la parrilla está buenísimo, las tapas tienen mucho sabor y la carta de vinos es pequeña pero muy bien escogida. Para esos días en los que te apetece algo especial pero sin formalidades.
Dónde Dormir en Braga
Si tengo que elegir un solo criterio para dormir en Braga, sería este: quédate en el casco antiguo o muy cerca. Así estás a un paso de los puntos clave para visitar, comer, pasear y descubrir la ciudad sin depender de transporte. Desde allí podrás moverte andando, lo cual te da más libertad para improvisar.
Vila Galé Collection Braga: Si buscas algo especial, este hotel es una apuesta segura. Está instalado en un edificio histórico precioso y tiene un spa que viene de maravilla después de tanto caminar. Las habitaciones son amplias y el restaurante sirve cocina portuguesa muy bien hecha.
Collector’s Home: Si viajas con presupuesto más ajustado pero no quieres renunciar al estilo, este sitio te va a encantar. Tiene habitaciones privadas y compartidas, un ambiente joven y muy buen rollo. Está en una zona céntrica con mucho movimiento, ideal para sentirte parte del barrio desde el primer día.
Hotel Bracara Augusta: Ubicado en pleno centro, en un edificio histórico muy bonito, este hotel combina lo antiguo con lo moderno de manera impecable. Las habitaciones son cómodas y el restaurante del hotel es de esos que te sorprenden para bien: comida portuguesa de toda la vida, bien hecha y reconfortante.
Meliá Braga Hotel & Spa: Si quieres darte un capricho, este es tu sitio. Es un hotel de 5 estrellas con spa, piscina, gimnasio y un restaurante gourmet que no decepciona. Después de un día de turismo intenso, venir aquí a relajarte es un regalo. 👉 Ver fotos, precios y disponibilidad
Braga Heritage Lofts: Para quienes prefieren sentir que tienen su propio espacio, estos apartamentos son perfectos. Están bien equipados (cocina, salón, baño, WiFi…) y además están en pleno centro, lo que hace la experiencia mucho más cómoda.
InBraga Hostel: Una opción económica y muy sociable. Ofrece habitaciones compartidas y dobles, con zonas comunes agradables y un ambiente ideal para conocer gente. Perfecto para quienes quieren ahorrar sin renunciar a un espacio limpio y bien cuidado.
Dónde Salir de Fiesta
Braga puede parecer tranquila durante el día, pero cuando anochece cambia completamente. Las calles del centro se llenan de vida, las terrazas empiezan a animarse y la ciudad saca ese lado juvenil que le da su enorme comunidad universitaria. Da igual si te apetece una noche elegante o algo más relajado: siempre encuentras tu sitio. Aquí te dejo dos lugares que, para mí, son apuesta segura dependiendo del plan que busques:
Cuando cae la noche, Braga se transforma en una ciudad vibrante con bares, pubs y discotecas. Ya sea que busques una noche elegante o algo más relajado, aquí tienes dos lugares que no te puedes perder:
Boca Chic: Si quieres fiesta de verdad, este es tu sitio. Es uno de los clubes más populares de Braga y suele llenarse los fines de semana. Luces, música electrónica y ese ambiente animado que te pone en modo fiesta en dos canciones. Ideal si sales con amigos y te apetece una noche larga con buenos cócteles y ritmo constante. No es el típico bar tranquilo: aquí se viene a bailar.
Oboe Club: Si lo tuyo es algo más calmado, Oboe te va a encantar. Es un bar acogedor, con luz tenue, sofás cómodos y música en vivo —sobre todo jazz— que crea un ambiente perfecto para relajarte y disfrutar. Es el tipo de lugar donde te tomas un buen vino o un cóctel bien hecho y te quedas un rato charlando sin prisas. Totalmente distinto a Boca Chic, pero justamente por eso merece la visita.
Curiosidades
Braga es una de las ciudades más jóvenes de Portugal, y eso se nota en su ambiente: cafés llenos, terrazas animadas y estudiantes por todas partes que le dan un ritmo muy especial.
La Semana Santa es uno de sus grandes orgullos, una celebración que lo envuelve todo con procesiones, música y tradición; si vas en esas fechas, prepárate para una ciudad totalmente volcada en sus actos religiosos.
Durante el Corpus Christi las calles se cubren de alfombras de flores, una de esas tradiciones que te obligan a parar y hacer cientos de fotos porque es realmente preciosa. Y, por último, una curiosidad que poca gente sabe: Braga tiene uno de los funiculares más antiguos del mundo aún en funcionamiento, movido por un sistema de contrapeso de agua; una reliquia que sigue subiendo y bajando cada día como si nada.
Braga es una de esas ciudades que no se olvida. Tiene historia para rato, una energía joven que se contagia y rincones que sorprenden aunque solo sea por casualidad. Su casco histórico es de los que apetece recorrer sin mapas, el Bom Jesus merece la subida solo por las vistas y su ambiente nocturno, sin ser excesivo, es perfecto para una escapada animada. A eso súmale su gastronomía —sabrosa, generosa y sin complicaciones— y te queda una ciudad que lo tiene todo para disfrutarla sin prisas. Y te lo digo desde ya: Braga es de esos lugares a los que vas una vez, y ya estás pensando en cuándo volver.






