Islas Azores

AZORES

Si te apetece una escapada donde la naturaleza lo es todo, las Islas Azores te van a enamorar. Este pequeño archipiélago portugués, perdido en mitad del Atlántico, es uno de esos lugares que parecen de otro planeta: verde hasta el infinito, tranquilo como pocos y con una autenticidad que cuesta encontrar hoy en día.

Aquí tienes todo lo que necesitas para planificar tu viaje: cómo llegar, cuándo ir, qué ver, qué comer, dónde dormir y algunos consejos prácticos para disfrutar al máximo de este rincón mágico del mundo. ✨

Las Islas Azores son nueve islas volcánicas que pertenecen a Portugal y están repartidas en tres grupos:
Grupo Oriental: São Miguel y Santa Maria.
Grupo Central: Terceira, Graciosa, Faial, Pico y São Jorge. (Aquí está el famoso «Triángulo de las Azores»).
Grupo Occidental: Flores y Corvo son las más remotas y salvajes.

Las Islas Azores son accesibles principalmente por vía aérea, aunque en verano también puedes moverte entre ellas en barco. Algunas islas están mejor conectadas que otras, pero en general, llegar a este paraíso es bastante sencillo. Aquí te explicamos todas las opciones:

Desde Portugal: La Ruta Más Directa

La forma más directa es volar desde Lisboa u Oporto hasta São Miguel (Ponta Delgada) o Terceira. Hay vuelos diarios con TAP Air Portugal, SATA Azores Airlines y Ryanair. El trayecto dura unas 2–2,5 horas.

Desde Ciudades Europeas

En verano, también hay vuelos directos desde Madrid, Londres, París, Frankfurt o Ámsterdam, entre otras ciudades. Si no encuentras conexión directa, lo mejor es hacer escala en Lisboa o en Oporto.

Entre Islas

Una vez allí, puedes moverte con vuelos de SATA Air Açores (muy frecuentes y cortos) o en barco, aunque estos últimos solo operan en verano.

El clima de las Islas Azores es templado durante todo el año, aunque cambia en cuestión de minutos (¡lleva siempre un impermeable!).

  • Primavera (abril–junio): ideal para hacer senderismo y ver las hortensias en flor.
  • Verano (julio–septiembre): temperaturas suaves (20–25°C), mar tranquilo y ambiente animado. Eso sí, reserva alojamiento con antelación.
  • Otoño (octubre–noviembre): menos turistas y paisajes todavía verdes.
  • Invierno (diciembre–marzo): más lluvias, pero también más autenticidad. Perfecto si buscas calma y termas naturales sin multitudes.

Cada isla de las Azores tiene su propio carácter, su ritmo y su magia. Algunas son perfectas para aventureros que disfrutan caminando entre volcanes, otras invitan a relajarse en aguas termales o a perder la noción del tiempo mirando el horizonte. Lo mejor es que todas están tan llenas de naturaleza, hospitalidad y paisajes cambiantes que sentirás que cada día estás en un lugar distinto.

Si es tu primera vez en el archipiélago, lo ideal es visitar un par de islas del grupo central o São Miguel, la más grande. Aquí te cuento lo esencial para empezar a soñar tu ruta:

São Miguel: La isla verde

São Miguel es el alma del archipiélago, donde todo empieza y donde más fácilmente te enamoras de las Islas Azores. En un solo día puedes recorrer lagunas escondidas, bañarte en termas naturales y terminar frente al mar viendo cómo el sol se esconde tras un acantilado.

Lagoa das Sete Cidades: el icono de las Azores. Dos lagunas —una verde y otra azul— dentro de un antiguo cráter rodeado de vegetación exuberante.

Lagoa do Fogo: ubicada en el corazón de la isla, es una de las más salvajes. Desde arriba, el panorama es espectacular: la laguna rodeada de montañas verdes y, al fondo, el Atlántico. Si te gusta caminar, hay rutas que bajan hasta la orilla.

Furnas: aquí el suelo respira. Las fumarolas, los géiseres y las calderas termales hacen que todo el pueblo tenga un aire mágico. Puedes bañarte en Poça da Dona Beija o en el Terra Nostra Garden, rodeado de un jardín botánico centenario. Y no te vayas sin probar el Cozido das Furnas, un guiso cocinado bajo tierra con el calor del volcán.

Caldeira Velha y Salto do Cabrito: una cascada termal en mitad del bosque tropical y otra más alta y salvaje donde se puede practicar barranquismo.

Plantaciones de té y ananás: São Miguel alberga las únicas plantaciones de té de Europa, Gorreana y Porto Formoso, donde puedes ver cómo se cultiva y probarlo.

Además, en São Miguel hay rutas de senderismo preciosas, como la del Salto do Prego, que te lleva a una cascada escondida entre helechos, o la del Miradouro de Santa Iria, con vistas infinitas al mar.

Pico: La isla de la montaña

Pico es pura fuerza geológica. Desde cualquier punto la vista se dirige al Monte Pico, el volcán más alto de Portugal (2.351 metros). Subirlo es una experiencia que recordarás siempre. El ascenso no es fácil, pero ver el amanecer desde la cima, con el océano extendiéndose bajo tus pies, compensa cada paso.

Ascenso al Monte Pico: puedes hacerlo por libre o con guía (lo más recomendable si no tienes experiencia). Conviene reservar con antelación, ya que el acceso está regulado para proteger el entorno.

Viñedos de Criação Velha: declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son una muestra increíble de cómo el hombre se adaptó al terreno volcánico. Los muros de piedra negra protegen las viñas del viento y la sal. Puedes recorrerlos a pie o en bici y terminar con una cata en una bodega local.

Gruta das Torres: la cueva de lava más larga de Portugal (más de 5 km). Un recorrido subterráneo lleno de formaciones de lava solidificada que parece sacado de otro planeta.

Museo de la Ballena: en Lajes do Pico, un lugar fascinante que cuenta la historia de la caza de ballenas y cómo hoy la isla vive del turismo de observación de cetáceos.

Terceira: Historia y cultura

Terceira tiene alma festiva y carácter. Es conocida por su ambiente local, su arquitectura colorida y su mezcla entre historia y naturaleza.

Angra do Heroísmo: la capital y joya de la isla, declarada Patrimonio de la Humanidad. Sus calles empedradas, iglesias blancas y plazas llenas de vida hacen que quieras perderte sin rumbo. Desde el Miradouro do Monte Brasil, tendrás una vista espectacular de toda la bahía.

Algar do Carvão: un tubo volcánico por el que puedes descender hasta el corazón de un volcán inactivo. Dentro encontrarás estalactitas, estalagmitas y un lago cristalino.

Praia da Vitória: un pequeño pueblo costero ideal para pasar el día, con playa, paseo marítimo y restaurantes donde probar el pescado fresco.

Cuevas y miradores: no te pierdas la Gruta do Natal, ni los miradores de Serra do Cume y Miradouro da Cruz do Canário, donde el paisaje de los campos divididos por muros de piedra se ve como un mosaico.

Si viajas en verano, es muy probable que coincidas con alguna fiesta local: las touradas à corda, una versión tradicional y controlada de las corridas, o las fiestas del Espíritu Santo, llenas de música y comida.

Faial: La isla azul

Faial es la más marinera del archipiélago. Su ciudad principal, Horta, ha sido durante siglos parada obligatoria para navegantes que cruzaban el Atlántico. Hoy sigue siendo un lugar vibrante, con cafeterías frente al puerto y una energía especial.

Puerto de Horta: cada barco que pasa deja su marca pintada en los muros del muelle. Pasear entre los murales es como leer un diario de viajes del mundo entero.

Café Peter’s Sport: un clásico entre los marineros. Tómate un gin tonic en su terraza y escucha las historias de quienes navegan los océanos.

Volcán de Capelinhos: su erupción en 1957 creó una nueva península y un paisaje lunar único. En el Centro de Interpretación puedes aprender sobre el fenómeno y luego caminar entre cenizas y rocas negras hasta el faro.

Caldeira de Faial: un enorme cráter de dos kilómetros de diámetro cubierto de vegetación. Puedes recorrer el sendero circular de unos 8 km con vistas espectaculares.

Desde Horta hay ferris diarios hacia Pico y São Jorge, por lo que es una base perfecta para explorar el “Triángulo de las Azores”.

São Jorge: La isla de los acantilados

São Jorge es un espectáculo vertical: montañas altas, acantilados que se precipitan al mar y pequeñas fajãs (llanuras costeras) donde parece que el tiempo se detuvo.

Fajã da Caldeira de Santo Cristo: el rincón más famoso y uno de los más mágicos de las Azores. Solo se puede llegar caminando o en quad. Allí te espera una laguna salobre, surfistas, y un silencio que te atrapa.

Fajã dos Vimes: famosa por su café, cultivado de forma artesanal, y por los telares tradicionales. Perfecta para conocer la vida local.

Velas: la capital de la isla, un pueblo encantador donde podrás probar el queso de São Jorge, uno de los productos más emblemáticos de las Azores.

Piscinas naturales: la Poça Simão Dias es una de las más bonitas del archipiélago, ideal para un baño entre acantilados.

Flores: El Parque Jurásico Portugués

Flores es la más verde, húmeda y exuberante de todas. Su nombre no engaña: aquí todo florece.

Poço da Ribeira do Ferreiro: posiblemente uno de los lugares más impresionantes de las Azores. Un conjunto de cascadas que caen desde un acantilado cubierto de vegetación densa.

Poço do Bacalhau: una caída de agua de más de 90 metros en un entorno mágico, perfecta para un baño refrescante.

Lagoas das Sete Lagoas y Lagoa Funda: lagunas volcánicas rodeadas de colinas verdes que parecen sacadas de una pintura.

Fajã Grande y Santa Cruz das Flores: pequeños pueblos con encanto, donde podrás disfrutar de piscinas naturales y atardeceres inolvidables.

Santa Maria: La Isla del Sol

Santa Maria es la más meridional y soleada de las Islas Azores. Tiene playas de arena dorada, algo poco común en el archipiélago, y un aire más cálido y seco que el resto.

Praia Formosa: la playa más famosa, de arena fina y aguas tranquilas, ideal para nadar o simplemente tumbarse al sol.

Baía de São Lourenço: una bahía en forma de anfiteatro rodeada de viñedos, con aguas turquesas y vistas espectaculares.

Poço da Pedreira: una antigua cantera que hoy es un lago rodeado de paredes rojizas.

Vila do Porto: el asentamiento más antiguo de las Azores, con calles empedradas y un ambiente tranquilo.

Santa Maria es también un excelente punto para el buceo. Las aguas cercanas al Ilhéu das Formigas son famosas por su biodiversidad marina.

Graciosa: La Isla Blanca

Graciosa es pequeña, luminosa y tranquila. Su apodo, “la isla blanca”, viene de sus formaciones rocosas de piedra caliza y del brillo suave de su paisaje. Es un lugar ideal para desconectar sin prisa.

Furna do Enxofre: una cueva volcánica impresionante dentro de una caldera. Se accede por una torre de piedra y una larga escalera que baja hasta una cúpula natural de más de 40 metros.

Caldeira da Graciosa: un cráter cubierto de vegetación con vistas panorámicas.

Carapacho: termas naturales frente al mar, perfectas para relajarse.

Santa Cruz da Graciosa: el principal pueblo de la isla, con casitas blancas, molinos rojos y un ambiente pausado.

Aquí el ritmo es otro: desayunar despacio, caminar sin mapa y dejar que el mar marque el paso.

Corvo: La isla más pequeña

Corvo es la más aislada y la más entrañable. Solo tiene un pueblo, Vila do Corvo, donde todos se conocen.

Caldeira de Corvo: un cráter enorme con lagunas en su interior, accesible por un sendero que ofrece una de las vistas más sobrecogedoras del archipiélago.

Avistamiento de aves: la isla es un punto clave para observadores de aves migratorias.

Vida tranquila: aquí no hay prisa ni ruido, solo mar, viento y autenticidad.

Comer en las Islas Azores es saborear el Atlántico en su forma más pura. Aquí todo gira en torno al mar, la tierra y el fuego: pescados recién salidos del océano, carnes cocinadas bajo el suelo volcánico y quesos que saben a verde y sal.

La cocina azoriana no busca impresionar con artificios: es sencilla, honesta y profundamente ligada a su entorno. Cada plato cuenta una historia de clima, tradición y vida isleña. A continuación, te dejo los imprescindibles que no puedes dejar de probar en tu viaje 👇

Platos típicos de las Azores

  • Cozido das Furnas (São Miguel): Guiso de carne, chorizo, morcilla y verduras cocido bajo tierra con calor geotérmico. Tradición y volcán en un solo plato.
  • Caldeirada de peixe: Reconfortante guiso de pescado, patatas y tomate, cada isla con su versión.
  • Polvo à moda das Lajes (Pico): Pulpo tierno cocinado con vino, laurel y ajo, perfecto con vino local.
  • Lapas grelhadas: Moluscos a la parrilla con ajo, mantequilla y limón, típicos de Faial, Pico y São Jorge.
  • Alcatra (Terceira): Estofado de carne al horno de leña con vino y laurel, servido en cazuelas de barro.
  • Carne de vaca das pastagens: Ganado que pasta libremente en prados volcánicos; entrecots y “picanha” deliciosos.
  • Sopa de peixe: Ligera y sabrosa, acompañada de pan casero y mantequilla salada.
  • Bolo lêvedo (São Miguel): Panecillos dulces y esponjosos, ideales para desayunar o acompañar platos.
  • Queijo São Jorge: Queso curado con sabor intenso y ligeramente picante, perfecto con vino o miel local.
  • Mel, mermeladas y licores: Delicias caseras de cada isla: miel silvestre, mermeladas de piña o maracuyá, y licores de mora o nuez.

En las Azores se come muy bien y en abundancia, pero los horarios son distintos a los continentales. Muchos restaurantes cierran temprano (entre 21:00 y 22:00), así que reserva o llega con tiempo.
Pide siempre el “menu do dia”: suele incluir sopa, plato principal, bebida y postre por un precio muy razonable.
Y no te olvides del café: corto, fuerte y delicioso, al estilo portugués.

Comer bien en las Azores es facilísimo: casi en cualquier pueblo encontrarás una “tasca” familiar donde sirven pescado recién capturado, carne local y postres caseros. Los precios son razonables, las raciones generosas y el ambiente, auténtico.
Aquí te dejo mis recomendaciones favoritas por islas, probadas (y repetidas 😋).

São Miguel

Restaurante Terra Nostra – Furnas: Famoso por su Cozido das Furnas, cocinado directamente en las calderas naturales del parque. Comer aquí es parte de la experiencia termal. Además, el restaurante tiene un ambiente elegante pero relajado, rodeado de jardines.

Azores Forever – Snack Bar: Ideal para comer algo rápido después de un día de excursión. Tienen bocadillos, platos ligeros y opciones para llevar.

Cais da Sardinha: Situado junto al puerto, es ideal para una cena frente al mar. Mariscos frescos, lapas a la parrilla y vino blanco de Pico: una combinación perfecta.

Terceira

O Pescador – Angra do Heroísmo: Restaurante de pescado fresco con vistas al mar. Ideal para probar lapas, atún o caldeirada.

Taberna Roberto: Un clásico. Ambiente familiar y cocina tradicional azoriana. La Alcatra es obligatoria: cocinada lentamente en cazuela de barro con vino tinto, ajo y pimienta.

Pico

Restaurante Ancoradouro – Madalena: Posiblemente el restaurante más famoso de Pico. Cocina marinera moderna con vistas al volcán. Pide las lapas o el atún a la plancha con salsa de vino.

A Tasca O Petisca: Una tasca acogedora con comida casera, ideal para probar carne local o pescado fresco. Trato cercano y precios justos.

Faial

Principe Gastro-bar: Cocina moderna con productos locales, perfecta mezcla entre tradición y creatividad. Muy recomendable para una cena tranquila con vino local.

Restaurante Genuíno: Fundado por el navegante Genuíno Madruga (que dio la vuelta al mundo), es un restaurante con alma. Pescados frescos, mariscos y un ambiente marinero auténtico.

Flores y Corvo

Restaurante O Moreão: Es el lugar perfecto para disfrutar de la cocina azoriana en un entorno natural incomparable. Famoso por sus mariscos, pescados y sabores tradicionales. O Moreão ofrece una experiencia culinaria que destaca por su calidad y frescura.

Maresia Restaurante: Es una joya que ofrece una experiencia gastronómica única en un entorno natural espectacular. Especializado en mariscos y platos tradicionales azorianos, el restaurante combina ingredientes locales de alta calidad con un toque moderno en su presentación.

Dormir en las Islas Azores es parte de la experiencia: aquí los alojamientos no son solo un lugar donde pasar la noche, sino pequeños refugios entre volcanes, praderas y océano. Desde casas rurales con hortensias en la puerta hasta hoteles frente al mar donde se escucha el romper de las olas, hay opciones para todos los gustos y presupuestos.
Eso sí, reserva con antelación, sobre todo en verano (junio a septiembre), cuando las islas reciben más visitantes y muchos alojamientos familiares se llenan rápido. Aquí te dejo algunas ideas y recomendaciones por islas 👇

Quintas y Casas Rurales

Si buscas lo auténtico, las quintas son puro corazón azoriano: casas entre jardines, desayunos caseros y anfitriones que te reciben como familia.

Quinta dos Curubás: Pequeños bungalows entre árboles frutales, con cocina y terraza privada donde solo se oye el canto de los pájaros.

Pocinhobay: Dormirás frente al mar, con vistas directas a la montaña y puestas de sol inolvidables, en un entorno íntimo y lleno de detalles.

Quinta de Santana: Es ideal para familias con piscina, jardines y un trato tan cercano que cuesta despedirse.

Hoteles de lujo

A veces uno también se merece un capricho, ¿no? En las Azores el lujo se mide en calma, silencio y bienestar.

Terra Nostra Garden Hotel (Furnas, São Miguel): En Furnas es un clásico: rodeado de un jardín botánico centenario, con acceso exclusivo a las aguas termales más famosas del archipiélago y un spa de ensueño.

Pestana Bahia Praia Nature & Beach Resort (São Miguel): Combina vistas al Atlántico, jardines tropicales y acceso directo a la playa de Água d’Alto: relax y naturaleza a partes iguales.

Casas vacacionales

Perfectas para quienes buscan independencia y privacidad, las casas y villas te permiten vivir a tu ritmo.

Casa do Cruzeiro: Conserva el encanto tradicional con todas las comodidades modernas y vistas al Atlántico.

Casas da Quinta: El entorno natural lo es todo: verdes intensos, cascadas y la sensación de estar lejos del mundo, pero en casa.

Glamping

Si te apasiona la naturaleza pero sin renunciar a la comodidad, el glamping (camping con glamour) es una experiencia ideal en las Azores. Dormirás bajo las estrellas, pero con cama, baño y desayunos gourmet.

Quinta do Abacate – Glamping Park (Terceira): Un lugar mágico en medio de la vegetación volcánica. Los domos y lodges están perfectamente integrados en la naturaleza, con camas cómodas, piscina, zonas comunes y una atención excelente.

Azul Singular (Faial): Un jardín botánico convertido en alojamiento. Aquí cada bungalow es diferente: algunos tienen forma de tienda safari, otros de cápsula moderna entre los árboles. Todo está cuidado al detalle, desde la vajilla hasta las flores frescas en la habitación.

“La hospitalidad es de 10 y la experiencia tan única que muchos reservan para el año siguiente antes de irse.”
Eso sí: reserva con tiempo, porque se agota rapidísimo en temporada alta.

Si hay algo que aprendí tras recorrer las Islas Azores es que reservar con antelación marca la diferencia. Los mejores alojamientos —especialmente los de termas, glamping y quintas rurales— se llenan muy rápido entre abril y septiembre. Mi consejo: en cuanto tengas las fechas, ¡dale al botón de reservar sin pensarlo demasiado!

🏠 Elige tu base según tu estilo

  • Ciudad y excursiones: Ponta Delgada. Perfecta para moverte con comodidad y tener tiendas, restaurantes y servicios cerca.
  • Termas y naturaleza: Furnas. Aquí dormirás rodeado de vapor volcánico y jardines botánicos, ideal para desconectar.
  • Volcanes y viñedos: Pico. La isla del Monte Pico, paisajes volcánicos únicos y catas de vino que no olvidarás.
  • Paisajes remotos e Instagram-eables: Flores. Cascadas, lagunas volcánicas y senderos de película para los amantes de la fotografía y la aventura.

🚗 Transporte y movilidad

La mejor manera de descubrir las islas es alquilando un coche. Aunque hay transporte público y taxis, no siempre son frecuentes ni conectan todos los rincones. Con un coche tendrás libertad total para: Parar en miradores escondidos, llegar a playas y fajãs remotas o explorar pueblos auténticos a tu ritmo.

👟 Ropa y calzado

Las Azores son un destino de naturaleza en estado puro, así que lleva ropa cómoda y calzado adecuado para caminar. El senderismo es imprescindible, con rutas que atraviesan lagunas volcánicas, acantilados y cascadas, por lo que un buen calzado hará la diferencia. No olvides una chaqueta ligera e impermeable —el clima puede cambiar en minutos, incluso en verano— y, aunque parezca que no, el sol atlántico puede sorprender: lleva protector solar y gorra para disfrutar sin sustos.

Las Islas Azores son un destino único en Europa: naturaleza volcánica impresionante, aguas termales relajantes, rutas de senderismo que atraviesan cráteres, lagunas y bosques, avistamiento de ballenas y delfines, y una gastronomía fresca y auténtica. Todo ello acompañado de la hospitalidad de su gente y la tranquilidad de un lugar todavía alejado del turismo masivo. Ya sea que busques aventura, relax en plena naturaleza o sabores locales auténticos, en las Azores lo encontrarás. Cada isla tiene su propia magia, cada rincón merece una foto y cada día te deja recuerdos que duran para siempre.

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